Desde hace más de 2.000 años ha ido progresando la capacidad del médico: para diagnosticar, tratar, curar y prevenir las enfermedades. Pero también, para promover y mejorar la salud. Aristóteles (384-322 a.C) dijo: “Las cosas se entienden mejor cuando uno ha logrado ver con alguna claridad cómo se formaron”. La historia universal de la medicina está llena de anécdotas y pasos fascinantes. Pues bien, la aparición del tomógrafo computado fue una de ellas y digamos que: ayer nomás, hace exactamente solo 50 años. Sucedió en los afamados años ’70 del siglo XX: sí, aquellos que fueron el símbolo de la rebelión joven, el hipismo, el auge del terrorismo mundial o la etapa final de la guerra de Vietnam. Y felizmente el ser humano también generó en esos años ’70 una revolución tecnológica y en ese marco aparecieron el microprocesador, la televisión color, entre otros, y finalmente algo que tuvo que ver, y mucho, con el ejercicio de la profesión médica: el tomógrafo. De la mano de un ignoto ingeniero electrónico inglés: Godfrey Newbold Hounsfield (1919-2004) el menor de 4 hermanos nacidos en Newark, una pequeña aldea de Gran Bretaña, ideó este la posibilidad de reconstruir un corte transversal del cuerpo humano a partir de varias proyecciones radiográficas adquiridas desde distintas posiciones: simplemente genial. Había dado un gran paso adelante en el diagnóstico médico no invasivo desde que Wilhelm Roentgen descubrió los rayos X en 1895. Curiosamente Godfrey Hounsfield hizo su trabajo en la poderosa multinacional discográfica EMI (Electro Musical Industries) que había crecido mucho económicamente sobre todo con las grandes ganancias generadas por el éxito de los Beatles. Tal que su director John Read dio libertad a su investigador estableciendo un fondo para financiar el proyecto del Scan. El 1 de octubre de 1971 se realizó la primera tomografía con el EMI Scan, y con ella diagnostico en una mujer de 41 años un tumor en el lóbulo frontal del cerebro. A lo largo de estos 50 años la tomografía, considerada uno de los más importantes inventos del Siglo XX fue perfeccionada notablemente. Hoy es utilizada para el diagnóstico de múltiples afecciones y no solo del sistema nervioso sino también de todo el cuerpo humano. Este invento lo hizo merecedor a Godfrey del Premio Nobel de Medicina y Fisiología del año 1979 y se lo otorgaron junto al sudafricano Allan M. Cormack. Se calculan por millones los tomógrafos repartidos por el mundo entero, muy útiles también hoy para el seguimiento de la neumonía por Covid y sus posteriores controles: para la humanidad toda sin límites incluso para aquellos países comunistas (Rusia, Corea del Norte, Cuba) y para las personas que incesantemente denostan del capitalismo, las multinacionales y los ingleses ya que seguro, en silencio, marcharan a hacerse una tomografía control, si así lo necesitan, usufructuando de las bondades y los beneficios de la libertad y el financiamiento privado en pos de la ciencia. En el año consagrado a nuestro Nobel Cesar Milstein permítaseme evocar al científico en estas frases de su autoría: “El motor de la ciencia es la curiosidad con las preguntas constantes ¿Y eso cómo es? ¿En qué consiste? ¿Cómo funciona? Y lo más fascinante es que cada respuesta trae consigo nuevas preguntas”.

Juan L. Marcotullio

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